EMBAJADORAS DEL SABOR, LA COCINA TRADICINAL MICHOACANA DE ROSALBA
Michoacán, es una tierra de magia, donde es posible encontrar cultura, tradición, historia, rituales y ceremonias que datan desde antes de la llegada de los españoles y han sobrevivido a lo largo de los siglos. La cultura Purépecha tiene diferetes vertientes y durante la celebración de las ánimas se manifiesta de formas diversas y variadas.
En una de las comunidades de la zona lacustre de Pátzcuaro se encuentra el pequeño poblado llamado San Jerónimo Purenchecuaro, en dicha comunidad, habita una de las grandes expontentes no solo de la gastronomía michoacana, sino de la cocina tradicional indígena de la región: Rosalba Morales Bartolo.
Rosalba es una orgullosa embajadora de la cocina Michoacana, ya que sus conocimientos gastronómicos nos muestran que para la cocinar, hay que sentir amor por lo que se hace. Más que una cocina, su establecimiento es un laboratorio o un templo donde se conjuntan los sabores y aromas para crear deliciosas maravillas culinarias orgullosamente Michoacanas.
Los sabores del metate, se combinan con los fogones de leña y con los diversos ingredientes y condimentos para que Rosalba sea capaz de deleitarnos con un sinúmero de platillos tradicionales de la cocina tradicional Indígena de Michoacán y crear suculentas creaciones que son capaces de rivalizar con los grandes restaurantes gourmets.
Por la mañana cuando llego a conocer a Rosalba, se siente el amor a la cocina y esto se denota a través de la creatividad y sus utensilios utilizados para crear cada una de estas recetas que mezclan sabores, colores y texturas. No cabe la menor duda de que en San Jerónimo radica una de las grandes embajadoras de la gastronomía Michoacana, me comparte un platillo tradicional como son las corundas, bañadas en salsa de Yerbabuena con carne de cerdo, que me deja sin palabras, , no se pueden quedar atrás las tortillas hechas a base de metate y puestas al fogón donde el aroma que emana es indescriptible, de la forma tradiconal, como una cocinera de la talla de Rosalba es capaz dehacerlo, todo esto acompañado con un delicioso café de olla que acompañado con frutos secos para despertar hasta el más dormido, y no precisamente por lo fuerte, sino por el exquisito sabor que se impregna al tocar el paladar.
Generalmente no soy afecto a comer charales, pero no puedo negar que la cocina de Rosalba es capaz de hacer cambiar de opinión hasta al más reacio, una probada crujiente de sus charales me deja sin palabras y puedo afirmar sin temor a equivocarme que son los mejores charales que he comido en mi vida.
Pátzcuaro es un lugar mágico y lleno de secretos, y sus comunidades son un reflejo de la multiculturalidad y diversidad que hay en esta zona lacustre donde cada región tiene sus secretos y espero poder descubrir cada uno de estos templos culinarios que hay en este mágico municipio perteneciente a la zona lacustre de Michoacán.
