BCN Més Revista cultural trilingüe's profile

"Keko" de Mentirasysaliva + lulidiamante

Escribe: Lucrecia Guio Leiman
Ilustra: Julio Fuentes Arconada
Keko
 
Quisiera volver a verte, abrazarte, sentir tu olor. Evaluar si realmente eres esa persona increíble que vive en mi memoria.
Nunca pensé que me gustaría tanto una chica, nunca más volví a sentir eso por otra.
Es más o menos así lo que aún recuerdo:
Fuimos a la heladería de Avenida de Mayo y una de mis amigas resultó ser familiar del heladero y conversaban sobre las cosas que pasaban por el barrio -¿te acordás esa noche en la que una chica se cortó las venas y estaba tirada en el medio de la Avenida y la ambulancia no llegaba y justo salió el tipo ese del hostal con un vidrio clavado en el riñón? -Era yo la chica, dije.
Ese era mi panorama para aquel entonces cuando te conocí en Buenos Aires en el dos mil cuatro.
Había salido de la institución de salud mental, tenía un psiquiatra Lacaniano que fumaba una pipa y me hacía hipnosis, intentaba terminar una Licenciatura de mierda y me enamoraba de manera contundente.
Luego llegaría la traición la incertidumbre y un nuevo tipo de tristeza que deja el desamor, pero aquel fue sin dudas el verano más hermoso.
Mi recuerdo más intacto es la primera noche que dormiste en casa, que me dijiste que Keko era Sofía en Japonés. Cuando nos levantamos a la mañana siguiente y vimos desde mi balcón como la grúa se llevaba tu coche. Como te ponías los pantalones como una rata histérica sabiendo que no ibas a llegar a tiempo.
Luego llegaron las fiestas, las cenas, el verano en Buenos Aires vacía, que tiene esa hermosura húmeda urbana y que me produce una melancolía extraña.
Seguramente vos, recuerdes con más nitidez. Yo me pasaba el día medicada y tenía muchas ganas de morirme y me aferraba a pasar más tiempo juntas, a tener planes de vacaciones de a dos, a la fantasía que creía que era el romance. Mis recuerdos son escasos, son más bien sensaciones super intensas que aún me perturban si intento repasarlas.
Es tan extraño querer tanto a alguien con quien no tenés casi contacto hace más de diez años. Las redes sociales son tan perversas. Te decís feliz cumpleaños y te mandas besitos de una manera impersonal pensando que estás cerca.
Los viajes a Uruguay son el diamante. Releo mi diario en donde dice "jugamos una carrera en un lago, no puedo ganar a nada, siempre me gana el
amor, siempre me gana el amor a mi muerte".
Todo lo demás que recuerdo ya es dolor. Ah, menos cuando volviste de Noruega. El día que me dabas los regalos en el auto. La bolsa de ositos de chocolate. Mi cabeza rapada y tus ojos chinos.
El día que Sole me dijo que estaban saliendo supe que no nos veríamos más y así fue. Y no se porque solo me sentí traicionada por ella y nunca pude perdonarla al contrario de lo que me pasó con vos. Nunca la quise como a vos Sofi. Sole nunca me dio nada y vos habías sido la persona más generosa que había conocido.
Con el pasar de los años, estos personajes encantadores tan generosos y que tanto me lastiman se siguen apareciendo y me perturban y los amo. Y ya no me apego ni me aferro a nada y sigo queriendo morir y vivir.
Ayer Arturo me contó como un día iba en su bici y de repente tuvo la sensación de que una armadura se le desprendía del cuerpo como llevándose algunas angustias del pasado, de esas que se te repiten. Estuve hoy practicando al volver a casa, a ver si tenía la posibilidad de desprenderme de la misma manera. Me pregunté por qué el pasado vive tan intacto en mi, por qué me debilita cuando intento estar presente y por qué por causa del pasado no me permito tener expectativas de nada. No encuentro las respuestas, y vuelven las imágenes, y los hospitales y la virgen y las voces.
Este año volví por primera vez a repetir algo en el cuerpo que sentí el día que me regalaste esa lámpara de peces que se proyectaban en la pared. Recuerdo haber entrado en tu habitación sentarme en la cama y que la encendieras, no entendía como alguien me estaba haciendo un regalo y lloraba con tanta felicidad que aún recuerdo estar pensando en lo raro que era estar tan feliz, descubrir como uno puede sentirse tan contento. Este año el día de Reyes, pude soportar estar en una conglomeración de gente histérica y en el momento de la catapulta de chuches el recuerdo de ese día me sacudió.
Realmente creo que estabas presente en el momento más sensible de mi vida para enseñarme como tenía que amar y si pudiera repetir el sufrimiento que me dejaste sin dudas lo haría aún sabiendo que no saldría ilesa.
En ocasiones cierro los ojos y veo los peces proyectarse en la pared blanca, luego los abro y permanecen como vivos a mi alrededor. Cuando eso ocurre, se que quiero vivir.
Estoy muy lejos de Buenos Aires y ha pasado mucho tiempo, seguramente no volvamos a vernos, pero, por las dudas si algo hace que nos crucemos, quiero decirte dos cosas, una: ¿ te acordás de cuando te hacía chistes sobre tu culo y me decías *ya quisiera cuando tengas veintisiete años que me muestres tu culo a a ver si está mejor que el mío* ?. Pues quisiera que vieras mi culo porque tengo treinta y dos años y no me he cruzado con un culo así desde que frecuentaba los camarines de Ballet a los trece. Y la segunda cosa Sofi, es que me has conocido en un momento extraño de mi vida y ojalá hubiera podido darte todo eso que no pude dar.
"Keko" de Mentirasysaliva + lulidiamante
Published:

"Keko" de Mentirasysaliva + lulidiamante

ESCRIBE: Lucrecia Guio Leiman ILUSTRA: Julio Fuentes Arconada

Published:

Creative Fields