Proyecto realizado con la arquitecta Almudena Fernández, y presentado al concurso de ideas para la nueva oficina de ARQUIA, Caja de Arquitectos, en Gijón.
La propuesta parte de una clara diferenciación de usos (público, privado y confidencial) que se resuelve en tres bandas dispuestas entre sí de forma que las circulaciones, tanto privadas como públicas, se realizan de forma fluida. Esto es posible debido a la presencia de una única pieza escultórica, que junto con la luz natural, son los auténticos protagonistas del espacio.
Funcionalmente la planta se divide en tres bandas con directriz diagonal. Perpendicularmente a dicha directriz se proyecta un nuevo acceso, desde la Calle Jacobo Olañeta. Con esta nueva entrada se resuelve el actual problema de cotas entre las dos calles que rodean el local. Se toma por tanto como única cota (de acceso e interior del local) la existente en la Calle Jacobo Olañeta.
La primera banda acoge las actividades de tipo público: banco de espera, mesa para trámites rápidos, mostrador de atención al cliente y caja.
La segunda banda resuelve el programa de tipo privado: despacho de dirección, espacio de trabajo del subdirector y sala de reuniones.
Dichas bandas se enlazan y relacionan a través de la pieza central, la cual se materializa con el uso de formas orgánicas. Además nunca estará en contacto con la envolvente existente permitiendo de esta manera una iluminación natural en la totalidad de la oficina. Su carácter singular viene dado por el uso de formas, texturas y materiales diferentes de los utilizados en el resto de las estancias. Los materiales propuestos son: madera en acabado natural (para la pieza singular), cartón-yeso pintado de blanco (en tabiques y falsos techos) y hormigón armado acabado en resina epoxi (como pavimento continuo y uniforme).
Por último, la tercera banda actúa como telón de fondo de la oficina, y se destina a las funciones de carácter confidencial: archivo, aseos, caja fuerte, servidor informático y demás instalaciones.
