Centro de Exposiciones Pedro Bonifacio Palacios
Luego de realizar un análisis del territorio elegido por la cátedra, consistente en el predio del ex-Jabón Federal en la localidad de Villa Madero, Municipio de La Matanza, cada uno de los estudiantes eligió un lote del predio para intervenir y proponer un proyecto. Debido a que este predio también contaba con la presencia de una edificación abandonada de carácter industrial, procedí a elegir dicho lote con el fin de trabajar con un abordaje no solo creativo sino también patrimonial. Por motivos relacionados a la cuarentena obligatoria impuesta por la pandemia del COVID-19, realizar un relevamiento in situ era imposible. Por este motivo, procedí a realizar un relevamiento virtual de la edificación, gracias a documentación fotográfica.
A través de este relevamiento, se pudo observar de manera superficial el estado de conservación de la estructura, los elementos constructivos y la habitabilidad del edificio en general y en particular. Esto fue de vital importancia para definir qué elementos se iban a mantener y cuáles debían removerse debido a la presencia de contaminación o de corrosión. De este modo, se elaboró una documentación precisa de todos los componentes de la edificación y de su estado, procediendo luego a identificarlos y a decidir, en base a un criterio extremadamente cuidadoso, su conservación o su demolición. En conjunto con la decisión de mantener o eliminar ciertas particiones para generar espacios que favorecieran al programa elegido, se terminó por definir un edificio a conservar y a poner en valor, manteniendo todas las características estéticas y constructivas originales.
La propuesta a implantar en este sitio responde a un centro de convenciones y exposiciones que sirva como soporte de todos los eventos que puedan transcurrir en la órbita del conurbano oeste y de la periferia y el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este sitio tiene el atractivo y la ventaja de poseer una proximidad a los principales accesos de la ciudad, además de contar con la extensión de superficie suficiente para albergar un uso que satisfaga dichas necesidades.
En adición a este programa, se suma un centro cultural que potenciaría la integración barrial y el acceso a diferentes actividades culturales para los vecinos de Villa Madero, añadiendo una biblioteca pública, auditorios, talleres, salas de ensayo y espacios de recreación que otorgan un carácter social y comunitario a un área que actualmente carece de un soporte consolidado para tales fines. De este modo, también se agrega un parque público que continúe este lenguaje.
Finalmente, para completar el programa del proyecto, se añade una usina eléctrica que colabora con el funcionamiento del barrio entero y del ÁMBA, a través de la generación de energía eólica, su transformación y su transporte hacia la red metropolitana. Una vez más, se vuelven a respetar las preexistencias y se hace uso del electroducto con el que cuenta el inmueble original, resignificándolo para que sirva a los intereses de la central y su estación transformadora.
Se trabajó con una puesta en valor que tuviera un carácter pregnante y sensible, que respetara la escala tanto del barrio como de los humanos que lo habitan, y que fuera capaz de dialogar y no de discutir con su entorno. La propuesta deconstruye el discurso moderno y purista, creando una identidad propia. Todo el carácter formal del edificio original fue mantenido y reciclado, entendiendo su valor cultural e histórico como protagonista de la identidad del barrio y de los imaginarios colectivos de sus habitantes. Se priorizó la manutención de la estética industrial como elemento central del proceso proyectual.
Más allá de optimizar al máximo los componentes originales, se los adaptó con el fin de que pudieran albergar usos alejados de lo industrial. Así, se repensaron los tanques químicos como estanques y las perforaciones en losas como balcones, entendiendo a la arquitectura como un soporte resiliente y no como uno rígido. El aprovechamiento de recursos locales —la fuerza del viento, el agua de las napas, el propio edificio preexistente, entre otros— también fue considerado como uno de los principios elementales del proyecto. Así, se comprendió la importancia de lograr una propuesta eficiente y ecológica que respetara su territorio.
