La PORNOTOPÍA altera las relaciones habituales entre hombre y espacio, creando lugares que propongan lenguajes muy particulares. Este es el motivo por el cual dichos lugares se mostraran como transgresores, es decir, que no encajan con comodidad dentro de lo que el discurso espacial muestra como “NORMAL” sin embargo dichas asociaciones pornotópicas no tienen por qué estar equivocadas ni ser sometidas a juicio bajo la poderosa verdad moralista, la pornotopia no es buena ni mala, ni equivocada ni acertada, su existencia se justifica en su funcionalidad, en su propósito y en la necesidad que hace de estos espacios reales.