Aproximadamente unos treinta años atrás, un lujoso edificio en el Centro de Lima, fue la casa de ahorros y créditos perteneciente a la Cooperativa Santa Elisa, convirtiéndose en su época, en una de las más prestigiosas de Latinoamérica.

Hoy de aquel lujo no queda absolutamente nada. Inclusive el edificio está desprovisto de su función original. El edificio ha sufrido una invasión y su arquitectura ha sido intervenida y transformada en un precario e improvisado centro habitacional.  Entre laberintos de triplay, basura, silos, escaleras sin salida y luz solo por sectores, sobreviven centenares de seres humanos sin techo, que con una moneda pueden buscar un refugio.

 

El objetivo de este trabajo es exponer visualmente el proceso de cambio arquitectónico de un edificio de oficinas - que representa un proyecto político trunco-  hacia un complejo habitacional, comercial, a partir de las modificaciones e intervenciones de las personas. De igual manera, presento el rastro y el tránsito fugaz de estas personas guiadas por la supervivencia y la falta de recursos del Estado. Para poder registrar fotográficamente toda esta dinámica social, fue necesario un proceso de adaptación que me permitió aclimatarme a los códigos sociales de esta comunidad que es santa Elisa. Y así, poder revelar las sensaciones que recorren diariamente esos pasadizos sin luz: el miedo, la constante alarma, la precariedad. Investigar las causas que lo llevaron a convertirse en lo que conocemos ahora.

 

Para esto, también la idea es crear un foco de atención en la importancia de la problemática de la propiedad, las invasiones y la necesidad habitacional del país.

 

Santa Elisa, simboliza las modificaciones económicas, sociales y políticas de una ciudad como Lima. Es una síntesis de la ciudad y de la fragilidad de las políticas de Estado: toda está concentrado en un mismo lugar.