Quienes conocen a mi mamá saben que es una mujer muy trabajadora, ingeniosa y carismática. Ella es mi ejemplo de qué es seguir los sueños, pues ella lo ha hecho una y otra vez. Hace 9 años conoció a la abeja melipona en un curso de agricultura orgánica, cuando vio por primera vez a la abeja guardiana, supo que quería ayudarlas. Dejó a un lado su trayectoria artística y todo el medio del arte, se metió al mundo de las abejas para bien y para largo. Yo veía todo su trabajo con mucha admiración, pensando que mi sueño era seguir mi camino en la fotografía y en el cine. Poco a poco las abejas me fueron llamando más a estar cerca de ellas y trabajar con ellas también. En el 2017, teniendo clases en la universidad aún y trabajando otra gran parte del tiempo en una oficina, empecé a envolverme en el trabajo con las abejas y pues claro, mis primeras tareas fueron fotografiar los productos de @melipona_beecheii. Hoy estoy enamorada de este proyecto, al que le dedico toda mi vida, mi cariño y devoción. Las abejas me conectan con lo más puro de la vida, con la naturaleza y con en amor. A parte, he encontrado que lo que más disfruto es fotografiarlas, y también lo más retador. ¡Las abejas son lo mejor!
