El poder de las palabras expresado en un jardín

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La cuenta atrás comienza. Tras la llegada del nuevo horizonte, el tiempo saluda con firme expresión de autoridad. El conjuro del momento seduce y atrofia tu inconsciente, sintiéndote libre. Un amable latido bajo tus piernas, te avisa de la llegada al lugar.

VISTA EXTERIOR DEL EDIFICIO

Los cinco sentidos dejan de ser necesarios, la confianza en ti mismo te da la seguridad para caminar. El flujo de tu sangre y la tensión del aliento, marcan los límites del espacio. Te encuentras en el vacío más austero, siendo la persona más llena y satisfecha. Asegurados, al fin, los pasos ante un iluminado presente.

La curiosidad anhela la seducción de las palabras, convertidas estas en aliento para lograr ser aceptadas. Mas el engaño de una paciencia colmada dejan a la luz males insospechados. El enemigo ha llegado para ser al fin perdonado. Su condena se alivia al ser lavados sus pecados. El agua es constante y atraviesa el tiempo. Musa de la vida y de la muerte bendice tus pies sometiendo tu destino a la cordura.

“Qué vuelen las palabras” La madre del inconsciente te educa valiente.

PLANO DE DISTRIBUCIÓN

Cada momento se genera en espacios sin tiempo. La maldición no logra desanimar tu ego y levantas cabeza al ritmo que tu cuerpo toma el vuelo. La edad de la gloria ha llegado. Al comprender el estado de tu alma, respiras aliviado. El brillo de tus ojos se deshace del dolor de tus manos. Cada lágrima derramada toma sentido. La forma del delirio perdido allana las montañas que al final del camino se deparan. La luz añorada.

Amante de la comprensión, realizas el análisis necesario para darte cuenta del privilegio, al encontrarte en este preciso momento. La revolución forma parte de la lucha por el cambio. El movimiento permanente entre tus pies y tus labios, innata metamorfosis. Poderosos son los pensamientos que recorren con júbilo tu mente.

VISTA INTERNA DEL INTERIOR DEL JARDÍN

Sin miedo a las dudas y firme en el presente, mensaje que será comprendido en el interior de la fuente. Amante de la cordura, allí se halla la paz buscada. Bajo el poder de la cascada, se halla la reflexión anteriormente nombrada.