En el año 1268 surgió el concepto de Bottega ; un laboratorio primitivo de experimentación donde se aprendía a crear o producir en grupo y se transmitía el saber a través de la confrontación con la materialidad. No obstante, la modernización e industrialización causaron, en parte, que el acto de producir por medio del hacer a mano se difuminara, dando inicio a la manufactura repetitiva y organizada.
Con el ánimo de recrear estos espacios, empezamos a explorar distintas convergencias de materiales que nos transmitieran las sinergias orgánicas que solían ocurrir. Buscando destacar la importancia de revivir espacios como estos en nuestra vida cotidiana. Donde los materiales dejan de ser elementos aislados para converger entre sí y se reconoce el valor de las capacidades de las personas que construyen el lugar.
A su vez, lo más valioso de estos espacios eran que las relaciones interpersonales que se generaban de manera natural. Por esta razón, creamos un restaurante que por medio de los materiales y las dinámicas sociales se haga alusión a una Bottega cotidiana.