Los Temibles Piratas de Bocachica, Cartagena
Mi breve aventura fotográfica por los mares de Cartagena y sus habitantes marinos.
Me tomó muchos años abrirme y contar mi sucedido en los mares de Cartagena de Indias, antigua morada de piratas, pues la historia que contaré no es para aquellos de estómago débil, ni todos van a creer lo que ocurrió en aquel episodio de agua salada, hace ya mucho tiempo. Pero lo narro para mí y para aquellos infortunados que tengan la desdicha de toparse con aquellas crueles criaturas de mar. Acá va mi historia:
Una breve parada en la Isla Bocachica bastó para que nuestra embarcación Ostara fuera embarcada por piratas de mar. En pocos minutos nuestra tripulación socavó ante los estrategas oceánicos y nuestras preciosas posesiones fueron arrematadas en una inteligente jugada de nuestros enemigos, quienes, de una manera inteligente, nos obligaron a entregar voluntariamente nuestros tesoros. Fue aquel el pánico tan grande, que toda nuestra tripulación quedo congelada, y así nos convertimos en presa fácil para ellos.
En contra de la creencia popular, los piratas de agua salada no sobrepasan los veinte años dado a las duras condiciones de vida que sufre un marinero. En ese corto rango de edad, los valientes guerreros marinos sobreviven más hazañas y aventuras que sus homólogos terrestres.
Gracias a la oportuna intervención de Neptuno, gobernador de todos los mares, logré salvaguardar mi cañon de luz (cámara fotográfica) y en una dura batalla de sobrevivencia, tuve las agallas y las escamas suficientes para retratar a los temibles capitanes. De esa manera, obtuve un preciado tesoro el cuál ningún pirata podrá arrebatarme, ya que se encuentra escondido en mis memorias, donde ningún ser podrá escarbar ni con el mapa del tesoro más detallado.
A continuación, la evidencia fotográfica de aquel encuentro tan osado y legendario, que ni el marinero más valiente se atreve a relatar: