MARÍA RODÉS: "Sin técnica" (2009)

Entre la ternura y la cursilería hay una línea muy delgada que, si nose tiene cuidado, se puede rebasar con consecuencias fatales. MaríaRodés lo sabe muy bien y lo demuestra mejor en este, su álbum debuttitulado “Sin técnica”. Dicho CD bien podría ser el diario de apuntesde una moderna Alicia que recién despierta del País de las Maravillas.Y es que si tuviéramos que buscar un hilo conductor a lo largo de lasonce canciones del disco, diría que todas ellas comparten una atmósferade ingenuidad acariciante, de esa que se encuentra impregnada defantasías e ilusiones algodonadas.

Pero atención: no nos vayamos con la idea equivocada, porquesi bien la música de María tiene mucho de ternura, jamás cae enmelodías bobaliconas y lo más importante, jamás cae en clichés ni enconvencionalismos. No estamos ante un álbum de rimitas ñoñas sino todolo contrario, se trata de una colección de canciones inteligentes yoriginales que en su transcurrir emanan una sensibilidad realmentecontagiosa.

Como el de Alicia, el de María Rodés es un país aparte, uno endonde lo esencial son las cosas sencillas, las emociones a flor de pielmusicalizadas con una guitarra acústica y adornadas con ruiditos, concepillos de dientes, con estornudos, con grifos, con cerillos, conteléfonos, con juguetes… pero sobre todo, con una pureza que refleja elinfinito amor de esta mujer por hacer canciones.

Casero. Intimista. Delicado. Travieso. Dulce. Doméstico.Juguetón. Maduro. Creativo. Mágico. Escuchar este álbum es como viajardentro de una burbuja de cristal, a través de mundos de ensueñoaderezados con acordes de azúcar. Un bonito cuento del siglo XXI paraantes de dormir.

Néstor Granja


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