Volver a la vida
Fotos para El Tiempo
Hasta hace pocos años era común ver por las principales avenidas de Bogotá caballos halando carretas con cargas pesadas de chatarra y escombros. Estos caballos eran sometidos a duras jornadas de trabajo y su estado de salud era lamentable además de estar desnutridos. En 2013, la alcaldía adelantó un plan para jubilarlos y entregarlos a quienes les ofrecieran una mejor vida. Finalmente, en septiembre de 2014, 2.900 caballos salieron del asfalto acabando con esta práctica poco amigable con los animales que por décadas persistió en todo el país.
Volver a la vida es una serie de retratos de adoptantes junto a sus caballos, que hoy viven literalmente como jubilados. Esos animales y sus nuevos dueños tienen una relación muy especial, un vínculo basado en la primicia de que todos, incluso los animales, tenemos una segunda oportunidad. Los recibieron con heridas, cicatrices, sin pelo y muy flacos. Hoy los mantienen, los alimentan, les dan un espacio digno y les garantizan una vida sin trabajo, un renacer.
Jubilao y Miguel
Hace casi tres años, cuando fue entregado a Miguel, Jubilao estaba en los huesos. Él fue el caballo número 108 de los 2.900 caballos que fueron adoptadas y hoy disfruta de su retiro.
Juan Fernando Vigoya tiene un hogar para perros y gatos abandonados. Su amor por los animales le llevó a tomar diez caballos de el plan "Adopta un amigo ", una iniciativa de la Oficina de Movilidad de la Alcaldía de Bogotá.
Jackie y Brownie.
Brownie estaba estaba a punto de dar a luz a su primera cría cuando llegó a la casa de la Jacqueline Castillo luego de ser adoptada. Contra todo pronóstico, su potrillo nació sin problemas .
Lilia y Gerónimo.
Lillia Sanín junto a su caballo adoptado Gerónimo, en su casa de campo en Simijaca, Cundinamarca .
Lillia Sanín junto a su caballo adoptado Gerónimo, en su casa de campo en Simijaca, Cundinamarca .
Adriana Espinosa.
Chucho Merchán y Mara.
Chucho Merchan, músico y animalista, fué uno de los representantes del plan de "Adopta un amigo" de la Oficina de Movilidad de la Alcaldía Mayor de Bogotá. Adoptó una yegua que llamó Mara, quien se convirtío en su compañía en su casa en las afueras de la ciudad.
Gabriela Vergara.
Gabriela y su madre recibieron 10 caballos viejos, sin pelo, enfermos y lleno de cicatrices físicas y emocionales. Ellas dedican sus días a recuperarlos, en un albergue que crearon para ellos.
Gabriela Vergara.
Gabriela y su madre recibieron 10 caballos viejos, sin pelo, enfermos y lleno de cicatrices físicas y emocionales. Ellas dedican sus días a recuperarlos, en un albergue que crearon para ellos.
El nuevo hogar de Palomo es el colegio Tierra Nueva. En el pasado fue maltratado por sus antiguos propietarios, pero ahora vive allí rodeado de afecto y ha restaurado gradualmente la confianza en los seres humanos.
