El diseño conceptual nace de las fuentes más inesperadas. Partiendo de un delicado análisis narrativo y estético de la película Twelve Monkeys de Terry Gilliam, esta silla es la materialización de los conceptos extraídos de un universo distorsionado y tétrico. El análisis inicial arrojó el concepto de cómo la distorsión de la perspectiva altera la percepción de la realidad, un juego de líneas y ángulos de cámara por el cual Terry Gilliam es conocido. Este concepto se junto luego con un material asignado, en este caso el concreto. Un detallado estudio del concreto reveló sus características materiales más sensoriales, y fueron estas características las que se combinaron con el concepto inicial para el diseño de esta silla. 

Los moodboards relatan cómo el concepto inicial se transformó al aplicar los conocimientos del concreto, y revelan el carácter de la silla. Mediante un proceso de bocetacion digital, se formularon diferentes propuestas para llegar a la más coherente con el concepto. Para este punto, el concepto se había transformado para convertirse en cómo los planos de perspectiva distorsionan la percepción de realidad. Usando la propiedad de ruina del concreto, la distorsión de la antropometría de una silla, y el uso de planos de perspectivas, nace esta silla: antipática, arrogante, incómoda, y desfigurada, que consume y hunde a quien se sienta en ella. 

 

    Conceptual design can come from the most unexpected sources. Born from a delicate narrative and aesthetic analysis of Terry Gilliam’s Twelve Monkeys, this chair materializes the concepts extracted from this distorted and dismal universe. The concept extracted from the initial analysis talks about how distortion of perspective alters our perception of reality, a game of lines and camera angles that Terry Gilliam is known for. This concept then merged with an assigned material, in this case concrete. A detailed study of concrete revealed its most recognized material properties, which were then combined with the initial concept.