El ser tradicional romano tenía dos dimensiones espirituales: el genius y el animus.

El genius, genio, es el principio vital que es inmediatamente anterior a nuestra concepción. Según hacemos y vivimos así alimentamos y hacemos madurar a nuestro genio hasta lograr que nos transcienda. Así el genius puede llegar incluso a la categoría divina, como el Genius Augustii (el genio de Augusto), su capacidad para el buen gobierno.No sólo las personas, las familias y tribus o incluso el mismo pueblo de Roma, tenían su propio genius.

El animus (alma, ánimo) en cambio es algo temporal y cambiante, un delicado y estrictamente personal juego de equilibrios que morirá con nosotros. Si el genius puede sobrevivirnos, el animus no. Es esa obra de arte única, ese delicado entramado de sentimientos, opciones y preferencias que no puede trascendernos.

Partiendo de estos dos conceptos, el proyecto ANIMA OBSCURA pretende capturar los estados del genius y del animus y mostrar aquello que habita en nosotros más allá de las apariencias físicas y convencionalismos estéticos externos que el ser humano adopta como rol ante la sociedad que lo rodea en la búsqueda de su propia identidad. Así pues, volvemos a la pregunta de siempre: ¿quién somos?

El desarrollo del presente proyecto aborda el ipsum, el sí mismo, uno mismo, yo mismo, la identidad, la alteridad, el falso sí mismo, ello, yo y superyó, la mismidad, la ipseidad, el noúmeno o "cosa-en-sí", y el solipsismo o "uno mismo solo" entre otros conceptos filosóficos.