EL MUNDO ESTÁ LLENO DE IMPERFECTOS
El mundo está lleno de imperfectos.
En una clase de guitarra un profesor no responde a una pregunta de un alumno, porque no sabe la respuesta, y lo manda a buscarlo en internet.
Desde mi ventana, se oye a alguien de voz femenina cantando desafinadamente, pero feliz.
En las teclas de mi piano, las melodías salen mal, y cada vez peor,
y repito:
“el mundo está lleno de imperfectos”.
Y redoblo la apuesta:
“¡Y de imperfecciones!... Es que este mundo sería aburrido con tanta perfección, y quién podría marcar lo que es perfecto y lo que no”.
Me recuesto sobre la cama, a mirar el techo, a pensar.
“¿Y por qué tendemos a hacer las cosas cada vez más cerca de la perfección?”
No me declaro porque quiero hacerlo con un ramo de rosas, cerca de un puente y cuando haya luna llena.
No voy a pintar ese cuadro, ni siquiera dibujar un boceto porque no me va a salir.
No voy a escribir esas líneas, ese texto, a esta hora, porque
¿Quién lo va a leer?
“El mundo está lleno de imperfectos, y de imperfecciones… y de gente que cree ser perfecta y no lo es porque, no existe la perfección”
Sí, hace poco me lo dijeron, hace poco me enteré, pero poco ruido hace en mi cabeza y poco lo mismo entiendo.
Cómo a mí, que con mi enorme ego me decía de pequeña lo perfecta que era, me van a decir que no existo.
Tal vez, me faltaba cruzarme con la gente adecuada que me dijera que no lo era,
tal vez escuché demasiado lo que no debía,
tal vez, estoy escuchando lo que nunca quise oír.
“El mundo está lleno de imperfectos, y de imperfecciones, y de gente que cree ser perfecta y no lo es porque, no existe la perfección, porque solo existo siendo imperfecta”.
A. G. Vivori
