El ser humano está ahorcando al planeta.
El 28 de agosto pasado alrededor de 70 mil personas dieron un abrazo simbólico al Mar Menor (mar Mediterráneo situado en la Región de Murcia, al sureste de España)
como muestra de dolor, ante la mortandad de peces y crustáceos.
Seguimos preocupados de “hacernos cariñito” con un buen spa, un merecido auto nuevo y el anhelado viaje, mientras somos los homicidas del planeta.
La actividad antropogénica o crimen a la naturaleza (donde todos somos partícipes) está dando muerte al Mar Menor.
Y esto no es “un mal menor”, pues el ser humano está ahorcando al planeta.
La anoxia o falta de oxígeno está matando a la LAGUNA SALADA MÁS GRANDE DE EUROPA.
Con 170 km2 (para hacer una comparación, en Chile el lago Villarrica mide 173 km2) de superficie y una longitud de costa de 73 km profundidad de 7 m el Mar Menor es la laguna salada más grande de Europa.
Alberga 5 islas de origen volcánicas, además convergen hasta 10 figuras de protección ambiental.
Clasificado como zonas Especiales de Conservación y Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA) Cuenta con 3 hábitats marinos y 9 terrestres de interés comunitario y el Humedal de importancia internacional (Ramsar)
Zona especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM)
Incluida en el lugar denominado “Área del Mar Menor y Zona Oriental mediterránea de la costa de la Región de Murcia”.
Al recibir la basura humana de residuos ganaderos y agrícolas, el mar se ha intoxicado con materia orgánica, proceso denominado eutrofización, lo que da paso a la acumulación excesiva de fitoplancton, provocado por las altas temperaturas.
El agua se enturbia y no permite que la luz solar llegue a las capas más bajas.
La vegetación del fondo marino no puede realizar fotosíntesis, entonces deja de producir oxígeno y muere.
La capa del fondo, con toda materia orgánica se descompone, las bacterias consumen el oxígeno y producen material muy tóxico como sulfuros. Las especies vivas huyen hacia la superficie buscando oxígeno, los vientos empujan la masa de agua tóxica que llega a la superficie y arrastra peces y otros organismos en dirección a la costa llegando a la orilla, matando todo a su paso.
Hemos sentenciado a muerte al planeta, lo hemos subestimado, azotado, abusado e ignorado. Hemos puesto nuestros pies para destruir su suelo y hemos puesto nuestras manos para asfixiarlo y dejarlo en agonía...
Culpando al otro, y botando la colilla al suelo,
Culpando al otro y dejando luces encendidas,
Culpando al otro y regando el pasto por horas infinitas,
Culpando al otro y lavando el auto muchas veces, la ropa, muchas veces, culpando mucho al otro y muchas veces ocupando todo a la vez, muchas veces…
Las mineras sí, las forestales también, las hidroeléctricas claro, las termoeléctricas mucho, las salmoneras obvio…
Todo sí, todo el ser humano en su redonda humanidad, ninguno exento, todos culpables.
El planeta necesita paz.
Fuentes:
