Danilo Acosta Salvadores's profile

Mompóx - El Pueblo que no Existe


Santa Cruz de Mompóx Parte I
- El Pueblo que no Existe -
Recorrido por un pueblo que inspiró el realismo mágico colombiano
Tiene fama por su infernal calor. Es reconocida por su río. Su gente la hace recordable. Sus calles la hacen antigua. Pero sobretodo, Mompóx no existe; a veces soñamos con ella, pero no existe... O eso dijo Gabo al referirse a Santa Cruz de Mompóx, un destino que influenció al escritor y a muchos otros, incluyéndome. 

Éste es un recuento arquitectónico de un pueblo que retrate muy temprano en la mañana o muy tarde durante el anochecer, pero no entremedio. Hice tantas fotos aquellos dos días, que separe en tres partes las fotografías que tome al pueblo de su arquitectura, gente, fachadas, y cielos. En esta primera parte mostraré faroles, puertas, ventanas, techos, y vías. 

A continuación les enseño algo del pueblo que cacé por cuatro años para por fin atravesarlo y disfrutarlo. Y apenas fue un abrebocas, pues el elemento más importante, su gente, me hizo desear volver cuando aún no lo había dejado.

Gracias Mompóx y gracias lector por llegar hasta aquí y ver mis obras.
Postal matutina de la Carrera Segunda por los lares de la Iglesia San Juan de Dios,
Carrera Primera. La cúpula de la Iglesia María Inmaculada sobresale entre el cielo.
Mompóx es un pueblo de faroles, y retraté varios en mi travesía. En éste caso, un viejo farol reposa junto a una cúpula aún más vieja.
Panorámica del Brazo de Mompóx, una vista común del muelle donde atracaban los barcos de vapor, ya olvidados en la historia de Colombia, como muchas otras cosas.
Una de las vías más concurridas durante el día, la Carrera Segunda yace tranquila y sin vida muy temprano en la mañana.
Pocos saben que Santa Cruz de Mompóx es la hermana olvidada de Cartagena de Indias. Cada vez que veo esta foto lo recuerdo, pues su parecido es amplio,
Ha sido la primera vez que un enredo de cables no me molesta en mi composición fotográfica. Es más, en este caso, la buscaba, pues es innegable que los cables pertenecen al paisaje del pueblo.
Me prometí no publicar farolas, pero se me hace muy difícil, ya que siento que cada una tiene una personalidad propia. Cada farola se viste como quiere, ilumina a su manera, y cuelga como le plazca.
Ésta farola contiene la luz y el color que al cielo le faltó ese día por regalarnos.
Faroles, cables y señales. Cada esquina momposina te brinda una mirada al caos visual, que junto a un cielo que muere por el día, regalan una cacofonía visual al espectador.
Ella decidió usar el sol a su antojo aquella tarde de otoño.
Descubre los demás aspectos de aquél pueblo olvidado:
Mompóx - El Pueblo que no Existe
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