Imaginen que un grupo de niños y niñas dediferentes edades (los nuevos exploradores), se encuentran en una bodega vacía,en una especie de hangar lleno de utilería, de materiales de construcción, depinturas, luces y objetos que forman una pequeña ciudad dentro de cualquierciudad actual y moderna, ycada uno empieza a armar allí un lugar en el que puedan suceder parte de sussueños:
Los niños imaginan un mundo mágico en elque pueden tocar todo lo que ven, un espacio salido de sus mentes en el que sereúnen la música, la tecnología, la ciencia, los deportes y elmovimiento. Este es su laboratorio: allí experimentan, crean, sueñan yjuegan. Bienvenidos a una aventura que los llevará por el camino de laimaginación, tal vez el camino más maravilloso de todos, porque como dijoEinstein " la imaginación es más importante que el conocimiento".
Las niñas saben que la magia está en losdetalles y en su espacio los detalles están en todas partes. ¿No lesgustaría un espacio sólo para niñas?, ¿Un espacio sacado de un cuento o deuna película?, ¿un lugar para sentirse femeninas, para jugar a ser actrices, modeloso estrellas que iluminan cada lugar por el que pasan?. Están en ese lugar, aquípueden ser tiernas, románticas, glamurosas. Aquí todas son cómplices, unamirada basta para entenderse, porque entre niñas a veces las palabras son secundarias,lo que importa es el corazón.
Los más pequeños descubren en la casita enel árbol ese mágico espacio donde los primeros cuentos de papá tienenlugar. Sus paredes son testigos de interminables horas de juego, de planespara "tomar" el frasco de las galletas de la abuela y de las jornadasde diversión en las que luchan por quitarle minutos a la noche antes de rendirsey caer bajo su manto.