Ole, ole y helado
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Podríamos decir que Andalucía tiene su propio calor: la caló. Una temperatura con denominación de origen y el nombre que solo merecería una heladería con un sello tradicional. Una vez que el calor estaba en la palabra había que dotarla de frescura y evolucionamos concepto gráficos propios del costumbrismo andaluz para hacerlo más veraniego y colorido. El resultado: fresquito con mucho arte.
Si hace calor: al patio.
Toda la vida, cuando ha apretado el calor, en Andalucía uno se salía al patio (o entraba, siempre ha habido debate). ¿Y qué decía uno cuando llegaba? "Qué fresquito más rico". De ahí el slogan de la marca. Y ese fue el concepto de diseño propuesto para este espacio: un patrón de macetas, adoquines, azulejos, suelo de barro, dinteles azules, hasta una ventana. Todo ello traído al siglo XXI, neón incluido, para reflejar la esencia del producto buscando atraer también a la juventud. Todo ello dejando que la intensidad del color lo aportase el propio helado.
Helado real.
El helado es de esos sectores de la gastronomía que suelen mostrarse de un modo artificial: colores saturados, combinaciones irreales o incluso pastas y espumas fotografiadas que fingen ser helado. La Caló, que apuesta por el sabor tradicional con un toque moderno, con productos de huerta y sabores locales, merecía un tratamiento honesto del producto, pues si algo es realmente bueno no necesita artificios.
Escalofrío | Spot 2019
El helado siempre
despierta una sonrisa.
El helado es, posiblemente, el sabor que más nos lleve a la infancia y donde niños y mayores coinciden en las tardes de calor. Si además generas sabores novedosos y temáticos como Palomitas (en honor al festival de cine) o haces el primer helado caliente de Málaga: el Escalofrío; la comunicación tiene que despertar a la diversión y la imaginación. La caló es una marca que enamora como un helado en agosto: sin duda.
