– ¿Sientes que es real esta idea del artista atormentado y que hay que estar dañado para hacer arte?

– Siento que mis mejores canciones son las más tristes, porque la tristeza tiende a botar las emociones como vómitos. Pero yo no quiero vivir atormentada, prefiero estar tranquila, conocerme e ir a terapia. Creo que el nivel de trabajo que se requiere para ser miserable y ser feliz es el mismo. Se requiere exactamente el mismo esfuerzo para pensar “no sirvo” y para decirme “sal de la cama y haz música”. Y si me va a costar la misma cantidad de energía, prefiero hacer algo bueno.

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Nuria Saba, que relanza una canción sobre los fantasmas del pasado, se anima a esbozar una respuesta en una extensa conversación que concluyó en una serie de retratos que comparto con ustedes.

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