El proyecto se centra en dos visiones distintas; la del sol, al que le gustan los

colores cálidos ya que proporciona calor y se identifica con el día y la luna, a la que

le gustan los colores fríos, ya que representan la noche y el invierno. Estos

personajes se encuentran ante un problema cada vez que se despiertan, y es que el

otro siempre ha cambiado sus colores por los que le gustan respectivamente.

Son figuras muy básicas, muy redondeadas y fácilmente distinguibles para

los niños, además de tener altos contrastes para diferenciar cada parte.

En este libro busco enseñar a los niños el valor de la tolerancia y cómo,

aunque en un principio estén disgustados porque no entienden lo que está

pasando, poco a poco comienzan a aceptarse, además con esta historia aprenderán a diferenciar los colores cálidos y fríos, y los animales diurnos y nocturnos en cierta medida.