El proyecto parte de una identidad corporativa realizada para un proyecto fallido. La idea original de la identidad deriva de una explosión de color, se participan infinidad de elementos de distintos colores. Una vez abandonado el proyecto inicial, se retoma la identidad con el fin de desarrollarla como forma de experimentación. La idea se transforma así en un problema a resolver, en el que partiendo de un único elemento, de color y forma única, se generen de forma automática y controlada, infinidad de composiciones con múltiples colores y formas. El resultado final de dicho desarrollo de la identidad estará formado por múltiples agentes que se deberán relacionar entre sí de diversas maneras, dando lugar a los diferentes desarrollos gráficos de la identidad corporativa.

 

Para ello se ha empleado programación informática, la cual permite trabajar con grados de complejidad mucho mayores y generar patrones que de otra forma requerirían un esfuerzo considerablemente mayor.