En esta ocasión hemos partido de de una base realizada por el editor, Diego Blasco Cruces. El reto ha consistido en hacer un diseño atractivo sin aumentar demasiado el número de páginas de esta extensa obra, compuesta de un cuerpo principal de voces ordenadas alfabéticamente y de una serie de cuadros que ilustran determinados temas.

Se han utilizado consecutivamente los tonos del arcoíris en los uñeros de las letras, de manera que en el canto se recordará este fenómeno atmosférico, el más espectacular según el propio libro; esos tonos, degradados, sirven como fondo para los cuadros, que se diferencian así claramente del cuerpo principal. Para el texto sólo se han utilizado dos colores, negro y granate (que sirve para destacar las muchas referencias internas), pues el color lo ponen las innumerables fotografías que lo acompañan, algunas a doble página.

El diseño, sobrio y ordenado, invita a la consulta o a la lectura del diccionario como si de un libro normal se tratase.