Monthly "Cubo Blanco" Column Farenheit° Contemporary Art Magazine –National & International Sections
Teen Magazine "Do what you want"  Monthly Column
Lluvia de una vida.

Esta casa tiene buena memoria.
Me habla de un niño, acostumbrado a vivir con lo que ahora son fantasmas. Ellos cantan con él canciones viejas, dibujan historias extrañas, juegan juegos de mesa. Le susurran al oído cuentos que alguna vez existieron en el techo garapiñado de su habitación y duermen acurrucados en los rincones oscuros que sólo el polvo puede tocar.
Esta casa es amiga del tiempo. En ella sólo podía asomarse la lluvia, acariciando las ventanas enmohecidas, reconociendo como hermanas a las lágrimas que se resguardaban en el interior, en los ojos profundos de aquel niño.
El sol no era un visitante frecuente. En ocasiones especiales lo saludaba con un reflejo, ocasiones que el niño ovacionaba en silencio y aplaudía con una sonrisa.
El niño siempre estuvo acompañado por la sabiduría, y en la noche lo cuidaba la oscuridad. A veces, ya entrada la noche, alcanzaba a escuchar a lo lejos el sonido de un tren o el ladrido de un perro. Sonidos tristes, lejanos, que nunca quisieron acercarse a jugar. 
En muchas ocasiones veía a la tristeza y al desconcierto vestirse de estabilidad y bailar por los rincones de la casa con sus máscaras; pero sólo en la noche se resguardaban tras la penumbra para desmaquillarse y ser auténticas. Aún así, el niño continuaba jugando con la soledad, cantando y dibujando tan alto como pensaba.
Las tareas, las tardes cantando a dos voces con el piano, la bendición de su madre, el ronroneo de su gato, los libros de aventuras. Todos ellos viven en esta casa, son amigos. No se han ido; y el niño —quien ha cuidado de mí todo este tiempo— desea con su pequeño corazón y un lápiz en la mano que nunca se vayan.
 
Honourable Mention at the XII Carmen Báez Best Short Story Award National Selection 2005.
Claroscuro.

Le pregunté al piano, ya muy tarde —pues no podía dormir—, el porqué de su monocromía.
—¿Es que no te gusta el color? —insistí.
De pronto y sin poder evitarlo, ví a la Noche y a la Luna incorporarse desnudas sobre el teclado y huir por la ventana.
Debate.

Un hombre está parado frente al océano.
El océano habla con él.

—¿Quién eres tú que osa retar mi magnificencia? ¿Acaso no sabes que puedo ser terrible si me lo propongo?
—No, no lo sé —responde el hombre—. Para temer a algo requiero un conocimiento previo de su poder, en este caso superior al mío, para saberme débil frente a él.
—Te equivocas. Conozco al humano y teme justamente a lo que no conoce. Por consiguiente, puedo pensar que no eres uno, puesto que todo hombre me conoce.
—Es probable. Pero también lo es el hecho de que no seas quien dices ser, debido a tu desconocimiento sobre mí. De manera que puedes ser quien deba temerme.

Y de un solo trago, el hombre acabó con él.
Mente en Negro.

Anoche me imaginé que tenía un gato.
Se metió en mi sueño y se acurrucó en él.
Desperté y me di cuenta que era de tinta.
Lástima que ya se secó.
Lunática.

Orgullosa, se llena de ego al oírme exaltar su belleza.
Lo repito cada noche hasta que, avergonzada, se cubre los ojos bajo los cráteres y tiene un lado oscuro.
 
La realidad es lo que tomas como verdad
Lo que tomas como verdad es lo que crees
Crees lo que está basado en tu percepción
Tu percepción depende de lo que buscas.
Lo que buscas depende de lo que piensas.
Lo que piensas depende de lo que percibes.
Lo que percibes determina lo que crees.
Lo que crees determina lo que tomas como verdad.
Lo que tomas como verdad es tu realidad.
(Actually, I love numbers).
Some illustrated short stories above.
Do you want to read some more? Read thiswww.mentalmorfosis.com.mx/libro.html
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