El rediseño de una marca de más de 70 años en el mercado argentino puede, desde afuera, parecer una tarea titánica, pero paso a paso no ha sido solo posible, sino exitoso.

En un primer paso de evolución, se corrigió en la puesta tipográfica el efecto visual de la pata de la R introduciéndose en la A, pasando a unirse ambas en letra minúscula. También se modificó el ángulo de inclinación de la cinta roja y se ablandó la misma, junto al trazo de la tipografía, aportándole flexibilidad al conjunto.

En el segundo paso, el efecto 3D de la tipo se acentuó aún más y también la inclinación y trazo gestual de la cinta, que mucho más blanda, se asemeja a una pincelada de mostaza.