Cada vez que me despierto le prometo a mi cuerpo que hoy no me va a pesar. Que hoy vamos a tener forma, que no voy a fingir que las manchas y la falta de contorno son un efecto de no tener puestos los anteojos. Me duelen los ojos, otra vez. Y la cabeza, esta que pesa y se ladea y no sabe cómo posicionarse. ¿Estará derecha mi espalda? ¿no quedaré rara caminando tan recta? Pero sino parezco un bicho raro. Bueno, siempre lo parezco; más alta que el cielo, mis brazos kilométricos alcanzan los estantes más altos. Nunca me dio vergüenza hasta que quise esconderme. Hasta que me creció el cuerpo del todo, hasta que dejé de ser una tabla cualquiera, hasta que mis tetas se presentaron como viejas amigas y empecé a tener relieve entre mi inexistente cintura y el final de mi cola. Mis piernas también son enormes. No sé dónde guardarlas. No sé cómo hacer para que dejen de moverse extraño, consiguiendo que mi cara se dé contra el piso una y otra vez. Mi cara, esa rara que a veces tengo que gritarle una y otra vez que la quiero, a ver si en algún momento me lo creo. Igual que a mi panza. Le doy besitos a la noche y le hago mimos hasta que se duerme sin llorar. Está llena de pelitos que en algún momento quise hacer desaparecer, pero hace poco aprendí a quererlos (aunque por ahora solo puedo verlos yo). Están por todas partes. Son muy oscuros. Me gusta que mi pelo sea oscuro, o me gustaba de chica. Ahora me lo teñí porque me cansé de esconderme todo el tiempo. Me lo vivo cortando para fingir que tengo control sobre algo. Para fingir que al menos eso lo puedo elegir, aunque todo el resto sea lo que vino de fábrica y ya está.
Estoy aprendiendo a quererme, o a fingir que lo hago. Ya no me tapo las orejas con mis enormes manos ni finjo que mis ojeras no están ahí o que mis cejas están bien peinadas. Me cansé de esconder mis granos, íntimos amigos de mis millones de pecas veraniegas que manchan mi nariz o de mis lunares que parecen agujeros para aros sin usar. Tengo tantas cosas en el cuerpo que no quiero mostrar. No quiero que se den cuenta de que soy real, de que tengo tantas fallas que a veces me duele. Mi cuerpo se cansa de que lo trate así. De que coma para no sentir nada o de que ignore sus gritos de auxilio. Ya te voy a mover, lo juro. Ya voy a aceptarte y a dejar de agacharme y encorvarme para fingir que ocupo menos espacio. Ya voy a dejar de querer desaparecer. Ya nos vamos a entender.
Anónimx #14
게시:

Anónimx #14

게시:

크리에이티브 분야