Yrigoyen

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YRIGOYEN

2001

Trabajo que hice en el año 2001, año posterior a haber terminado la escuela de bellas artes.

Descubro una serie de dibujos realizados a partir de incisiones con cuchillo o punzón en las paredes que tienen capas de esmalte sintético brillante, hechos por personas anónimas.

Penes, espadas, dagas, gente apuñalada, hachas, símbolos tumberos, inscripciones de amor de una determinada época.

La pared se convierte en matriz y a partir de esa concepción el trabajo marca una dirección en mi obra hasta el día de hoy.

La obra se compone por 35 estampas tomadas de grafismos anónimos incisos en las paredes de la estación Yrigoyen, copias únicas extraídas con técnicas de grabado, impresas a cuchara sobre papel con tinta gráfica.

Estas incisiones datan del periodo comprendido entre el año 1983 (post dictadura), año en que fue reabierta la estación con la llegada del tren eléctrico y el año 2001 que yo intervengo, (crisis del 2001, cacerolazo). A partir del año 2015 no queda rastro de nada ni posibilidad de volver a imprimir, ya que la estación es restaurada.

Y el trabajo vuelve a actualizarse como un gesto artístico que se abre a la posibilidad de ser un documento histórico, con el paso del tiempo carga otro sentido. Por un lado, en el 2001, una entrega absoluta al hacer artístico, el tipo de técnica que se usó, entre la gente que pasaba…

En ese momento no se podía pensar en los ecos que luego de desaparecidos los dibujos de las paredes también tomarían en el trabajo, dándole un nuevo sentido.

Fue un proceso intuitivo que continua con una mirada estética y antropológica.

Un proceso de pensamiento y de reflexión que rescata los trazos y huellas humanas en un determinado periodo y lugar con una impronta social simbólica de carácter particular.

Hoy podemos rescatar en los trabajos una expresión casi exclusivamente masculina.

Fueron en si los dibujos de esas paredes una especie de pintura rupestre del siglo 20.