Antes de ese momento de suspenso y expectativa tenía la duda de ser por primeva vez modelo, por primera vez iba a ser el protagonista de una cámara, pero aun más que eso, la intriga de abrirse a Soul para ser capturado en esencia y alma (parte de mí que no tiende ser pública) hacía que se me llenara el cuerpo de nervios.
Sin embargo, cuando la cámara fue preparada estaba dispuesto a ser, ser naturaleza, ser cuerpo y vida, ardían dentro ganas de ser arte y permitirme verme a mí mismo como nunca antes, hecho luz.
La sensación de la autorealización me llenaba, quería ser arte y me volvieron arte (del bonito), quería ser luz para una foto y me convertí en luz para mí mismo, quería conocerme y me encontré. Me desnudé, fui desnudado y entre los pliegues de todo aquello que sobraba encontré la aceptación que me faltaba.
Soul es la oportunidad de ser, ser campo y flor, ser agua y viento, ser lo que antes no podías porque no lo habías intentado o porque nadie te había dado la excusa perfecta para hacerlo. Soul es inspiración para el auto-amor, para quererse.
Me queda una nueva visión de mi propio ser, reafirmación de la desnudez como un respiro a la opresión citadina y cotidiana. Cariño al proyecto, a su autora y a mí mismo. Me queda el amor a la luz y a la sutileza de sus dibujos.
Andrés Jiménez
