​Para este proyecto se trabajó bajo los conceptos manejados por la marca: lo urbano y lo reversible. Para esto se generó un ambiente del espacio al revés, con el piso en el techo mostrando una carretera con diferentes elementos urbanos como la intersección y el semáforo.

El semáforo se segmenta para formar una estantería donde se ubican los elementos pequeños como zapatos, correas, billeteras, etc.

En el fondo de las vitrinas se ubican siluetas de sitios representativos de la ciudad: la torre del cable y el mirador de Chipre. Los maniquís están segmentados ubicados en poses no comunes que captan la atención del usuario.

En el piso de la entrada hay unas siluetas humanas blancas que hacen analogía a una cebra para cruzar a calle.

Equipo de trabajo: Nora Quintero, Jorge Hincapie y María Salazar.