Estas piezas de torno narran la historia de pequeños animales del bosque. En primer lugar, tenemos al masajeador de erizo, el cual se caracteriza por sus púas que se representan como elementos repetitivos que generen sensaciones agradables y masajes en la piel. En segundo lugar, se encuentra el "ras-castor”, el cual se encarga de rascar la piel con sus representativas garras y cola. Finalmente, un conejo masajeador que, haciendo alusión a su pelaje, decidimos representar como pequeñas ondulaciones que relajen y masajeen la piel placenteramente.
Se utilizó madera de caoba principalmente en todas las piezas. El erizo se encuentra realizado en madera de flor morado y amarillo.