Cuetzalan, ubicada en la Sierra Norte de Puebla, es un pueblo mágico que no olvida sus raíces ni las tradiciones de su pasado indígena. Por esto mismo, para el proyecto propuesto sobre una Guía gastronómica, evidentemente la importancia recaía en reflejar esta tradición aún viviente.
Investigando más acerca del poblado, se buscó alguna característica que lo identificara sobre otras regiones; esta búsqueda nos llevó a los Danzantes Quetzalines. Lo interesante de ellos es que podemos encontrarlos en otras partes de Puebla, sin embargo logran ser identificados como pertenecientes al pueblo de Cuetzalan si, en lugar de usar los colores típicos, sus capas triangulares son de color rojo y azul.
La paleta colores de la revista busca apegarse a la vestimenta de estos danzantes, pues son un elemento que no se deslindan del estado de puebla pero logran una rápida identificación además que el poblado se puede sentir reflejado fácilmente.
Para el tema fotográfico se buscó hacer una total referencia al título de la guía ‘Huateque gastronómico’, tomando como base la referencia hogareña que tiene la palabra ‘Huateque’ y la importancia de hacer evidente que el tema es la gastronomía tradicional de Cuetazalan. La solución hace referencia a la parte culinaria del objetivo de la guía con las cucharas de madera, además de que recalcan el aire tradicional de pueblo y del ambiente familiar. Con los dulces tradicionales como complemento hacemos hincapié tanto a la parte de ‘fiesta hogareña’ que, según la RAE, hace referencia la palabra Huateque, como a al espíritu tradicional del pueblo, logrando así una especie de broma visual que logra atraer la atención a un público amplio de edad.
En cuanto a las páginas destinadas a la presentación de la guía, se escogió un bloque de color amarillo como fondo para no perder de vista la paleta de colores ya mencionada, además de que funciona como transición entre la portada y las siguientes páginas. En la esquina inferior izquierda de la primera página, encontramos un detalla de dos curvaturas, una rosa y otra azul, de nuevo refiriéndonos a la vestimenta de los danzantes Quetzalines, además de que también nos refiere a los colores usados en el isotipo de Pueblos Mágicos.
En cuanto a la presentación de los platillos, se buscó de igual manera el uso de una fotografía para una mayor identificación tanto de los platillos ya conocidos por turistas nacionales como para una referencia fiel para los turistas extranjeros. También se buscó una toma fotográfica cenital para abarcar un mayor campo, una mayor identificación del platillo y para sugerir al futuro comensal que, de la misma manera en la que está viendo el platillo en la revista, así lo verá servido en su mesa
