FRAGMENTO URBANO / BARRACAS-AVELLANEDA 2018
El proyecto tiene lugar en el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en un terreno atravesado por el Río Matanza-Riachuelo y contenido en uno de sus márgenes por la Autopista Presidente Arturo Frondizi. Un porcentaje del mismo se emplaza en el barrio de Barracas, mientras otro sector que cruza el riachuelo se encuentra bajo jurisdicción del partido de Avellaneda. Se trata de una antigua zona industrial que actualmente se está consolidando como un barrio residencial.
Como estrategia urbana se proyecta un fragmento de ciudad que funcione como un gran pulmón verde en relación a sus alrededores, proporcionando aire puro a través de la plantación de especies arbóreas selectas, y del desarrollo de plantas oxigenadoras como parte de la infraestructura propuesta, que colaboran con mejorar el ambiente de la ciudad, reactivando la utilización de las orillas pensadas como nuevos espacios de actividad urbana.
De esta manera, se propone vincular el programa arquitectónico a través de un recorrido orgánico, que nos deriva directamente a la orilla del Riachuelo con un amplio predio público verde, compuesto por especies autóctonas como son el Fresno, Jacarandá y Ligustro, buscando resaltar el ecosistema natural en ambas orillas.
Se diseñan como unidad proyectual, manzanas que se adaptan a la trama urbana existente, conformadas por componentes (tipologías barra) diferentes en sus alturas y densidades en relación a su vínculo con el tejido de la ciudad existente: Los bloques frentistas se proyectan en una escala mayor a los bloques internos buscando contener y delimitar el pulmón urbano propuesto; el programa arquitectónico está compuesto por un 55% de viviendas, y un 12% de comercio resuelto en las plantas bajas de las dos manzanas más próximas al riachuelo y en el sector bajo-autopista, liberando así el recorrido peatonal de los usuarios. El carácter de cada manzana, está dado por las especies arbóreas identitarias de cada pulmón, que definen y guían el recorrido orgánico propuesto. Así, el paisaje urbano deja de ser pasivo, para convertirse en un paisaje activo y cambiante, dado por las alturas y el clima que ofrece cada especie seleccionada: Acacia bola, Paulownia tomentosa, Alamo plateado.
El recorrido continúa en los alrededores del Riachuelo, planificado como un frondoso y amplio espacio público que se abre a la ciudad y contiene cuatro plantas purificadoras de agua contempladas dentro del 8% de infraestructura que plantea la distribución programática del proyecto. Estas plantas utilizan el sistema de fitorremediación, para lograr la descontaminación del agua residual de manera orgánica y recuperar el equilibrio natural del ecosistema. Se trata de una técnica que aprovecha la capacidad de plantas oxigenadoras como son: Elodea, Myriophyllum, Ceratophyllum, Vallisneria, para absorber, acumular y metabolizar contaminantes presentes en el agua del riachuelo.
El restante 25% de programa se resuelve en torres con oficinas de trabajo, implantadas en relación a la autopista y liberando el nivel 0, buscando complementar la permeabilidad propuesta en las plantas bajas de los bloques de tipología barra, y fomentando, de esta manera, el recorrido peatonal y uso recreativo del los espacios libres del proyecto, entendidos como el gran pulmón verde de nuestro fragmento de ciudad.
