BORDERLAND, es un proyecto de​ dibujo instalativo​ que se apropia del papel picado colorido y mexicano, a la vez que hace referencia al ​conflicto fronterizo entre Estado Unidos y México.
Se dice que el uso de papel picado como un avío de las festividades religiosas se remonta al México prehispánico. El papel picado transmite siempre un mensaje alegre: ​¡Viva Mexico! ¡Y viva
la Fiesta!​ Expertos artesanos utilizan punzones, cinceles y cuchillas especiales para hacer diseños intrincados. El diseño puede incluir figuras como flores, follaje, pájaros, ángeles, cruces,
esqueletos y figuras históricas, así como palabras o frases. Los bordes pueden ser rectos, ondas, zig-zag o con flecos. Cada diseño es una obra única y compleja de arte que requiere una
gran habilidad. 

Para Gloria Anzaldúa ​BORDERLAND es ​“un vago e indeterminado lugar creado a partir de residuos emocionales a consecuencia de un límite no natural.” ​Es un paisaje subjetivo. Lo forma
una castigada tierra del Norte de la actual república Mexicana y a su vez, la tierra de los Chicanos​, para algunos el lugar legendario llamado ​Aztlán​, que comprende los estados al Sudoeste de los Estados Unidos y que un día fueron México. La frontera entre Estados Unidos y México genera una separación entre el “nosotros” a salvo y el “ellos” como peligro. Lo cual genera todo un sistema cultural fronterizo de Pachuc@s y Chol@s​, así como una situación de miedo e inestabilidad para en palabras de Anzaldúa sus inhabitantes​ o “​atravesados”​.

Mi experiencia desde septiembre de 2016, es un cruce repetido hacia un lado y al otro de un territorio dividido por una línea que genera un constante estado de transición. Viajo sin visado,
lo cual me obliga a cruzar la frontera cada 90 días desde Estados Unidos y cada 180 desde México. La primera vez que cruzaré la frontera, será a Ciudad Juárez donde escucharé de
primera mano los testimonios de la violencia. Probablemente allí habitarán las personas más valientes y fuertes que haya conocido nunca. Al principio sentiré miedo, después lástima y más
tarde rabia. Rabia al conocer las maniobras de los cárteles en la ciudad, por no hablar del feminicidio... pero sobre todo rabia, al descubrir como Estados Unidos estará implicado en la
situación de crisis, ya sea comprando droga, vendiendo armas o a través de debilitar las sociedades de las ciudades fronterizas requiriendo la mano de obra barata Mexicana. 
La maquiladora -cuyo capital suele ser extranjero, mayormente Estadounidense-, implantará empresas en todas las ciudades fronterizas, Reynosa, Matamoros, Ciudad Juárez, Tijuana,
Mexicali y Heroica Nogales, debido al tratado de libre comercio de 1994. En marzo del 2006 el personal ocupado por las maquilas mexicanas era de 1.300.000 personas. Los y las mexicanas
estarán accediendo a empleos muy necesitados en los que trabajarán muchas horas por pocos pesos. Esto atraerá una masiva inmigración, no sólo de las regiones más desfavorecidas de
México, sino también de los países de Centro América sumergidos en la miseria y la violencia. El problema de recepción de estas ciudades de la frontera norte, será el no estar dotadas de
infraestructura educativa, social, ni sanitaria para asumir este aumento de población. Esto dejará a miles de personas sin recursos en las calles, luchando de cualquier modo por una vida
mejor. Es de este estado de vulnerabilidad de lo que el Cártel -entrenado por el ejército estadounidense- se aprovechará. Por ejemplo captando a los jóvenes desatendidos en su
infancia y a las mujeres sin recursos para el trabajo de sicariato. Los y las que no se dejarán impresionar por ese modelo de vida de acción y dinero, seguirán su camino hacia el norte.
Serán miles las personas que cruzarán por el desierto sin identificación jugándose la vida de igual manera. Los que llegarán a su ‘tierra anhelada’, después tendrán que lidiar con el miedo
de ser deportados. Y es que en una de sus primeras declaraciones Donald Trump afirmó su intención de deportar 3 millones de mexicanos de los Estados Unidos. Es en esta situación inestable cuando se hacen presentes las identidades rebeldes mexicanas y
chicanas. Este trabajo pretende tomar como protagonistas a esos personajes de contexto voluble, en ese estado de transición a consecuencia de la frontera. Personajes como las
mujeres sicarias del Cártel de Las Flacas o ​Las Gladys​, las ​Pachucas como imagen de “chicas malas” al otro lado de la frontera, El ​Coyote que atraviesa indocumentad@s sin pasar por la
aduana, Las ​Patronas que cada día dan alimento a los indocumentados decididos a atravesar la frontera por el desierto, los ​niños del Cártel captados por el Narco de las bandas de Cholos, los empresarios y trabajadores de las maquiladoras, los ​`Wetback`​ (espaldas mojadas o atravesados) y un largo etc. 
Este proyecto cuenta con la ayuda de la Fundación BBVA gracias a una de sus becas Leonardo para la investigación y la creación cultural, en su convocatoria de 2017. En la actualidad se
encuentra en proceso de edición de una publicación que cuenta con el trabajo en la edición de Javier García Clavel y el texto de la comisaria Maite Garbayo. Gracias a Garbayo, este trabajo ha
podido exponerse tanto en su ciclo de intervenciones llamado Mugak/Fronteras desarrollado en el Centro de Cultura Contemporánea Tabakalera y en la muestra colectiva “Yo la peor de todas” en su sede del Museo de Navarra. Dentro de las Estancias del Centro de Arte Contemporáneo de Huarte, este trabajo de dibujo instalativo pudo desplegarse de la mochila
en el que viajó de un lado para el otro de la frontera entre Estados Unidos y México. En Huarte se pudieron articular las piezas sobre la estructura que compondrían la instalación que se
mostraría en Tabakalera más tarde.

*Los créditos de las fotografías son de Mirari Echávarri a excepción de las de la instalación que es de Tabakalera y su uso se rige con la licencia CC-BY-SA.
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