Janaina Tschäpe, artista germano-brasileña toma como musa el cuerpo femenino para explorarlo junto con el paisaje. Ella navega a través de los universos subtropicales, transformando y renovando las formas para fusionar personajes fantásticos con la exótica vida botánica. En su obra no retrata un mundo irreal pero intenta plasmar la sensación de estar en uno. Un entorno botánico “intrigante” en el que se yuxtaponen formas transformadas con la vida vegetal, destacando las extensiones curiosas y artificiales del cuerpo femenino, las cuales evocan criaturas imaginarias. Los seres fabricados y la vegetación logran realzar los ambientes existentes llevándolos al reino de los sueños y de la fantasía.
Tschäpe articula una narrativa comprendida por la melancolía, proponiendo un escenario inusual, que transmite “saudade”, un
sentimiento próximo a la
melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia” creando tensión entre lo natural y lo artificial.
En este mundo mágico de Janaina Tschäpe, Melantropics, criaturas fantásticas habitan la naturaleza exuberante del paisaje de los sueños. Las féminas sufren una metamorfosis, convirtiendo sus cuerpos en organismos surreales que se hibridan con la botánica del subconsciente, creando seres infrahumanos en un espacio donde se fusiona lo real con lo onírico. A pesar de la mimesis existente en esta atmósfera imaginaria, la melancolía impregna todo en este nuevo mundo, esta "saudade" es generada por cierto distanciamiento que existe entre la esencia de las criaturas y de la naturaleza. De esta manera, se produce una sensación agridulce al permanecer atado al recuerdo que hizo parte de una naturaleza. Una de las cualidades más importantes del espacio y personajes subconscientes es la aparente falta de delimitación entre todos los elementos de este mundo. Es a partir de la unión de dos mundos opuestos que se crea un nuevo paisaje: el de los sueños.