En lo cotidiano
«Hay nombres secretos que nos tenemos,
(...) Resuenan afuera, traen a cuestas la intimidad. Los olores de cada uno. Sacarse la camisa y con la cara hundida en la tela saber
que esta vez el olor
es de.
(...) Resuenan afuera, traen a cuestas la intimidad. Los olores de cada uno. Sacarse la camisa y con la cara hundida en la tela saber
que esta vez el olor
es de.
No vas a subir por el envase de birra que duerme con la botella de vino vacía, estás volviendo de mañana y ni da, porque querés llegar y tomarla de una. Cansado de yirar ida y vuelta.
Atónita te mira la vecina que cruzás en el chino, no entiende quién sos vos, ahí parado con flores en la mano comprando giladas
que es obvio que las cortaste en el camino
que llevás ramos y a veces más de uno
que hacés malabares para no apoyarlas en ningún lado.
Atónita te mira la vecina que cruzás en el chino, no entiende quién sos vos, ahí parado con flores en la mano comprando giladas
que es obvio que las cortaste en el camino
que llevás ramos y a veces más de uno
que hacés malabares para no apoyarlas en ningún lado.
Porque te gusta llevarlas.
Y el cajero te ayuda abriendo la bolsa.
Y el cajero te ayuda abriendo la bolsa.
Si ya te conoce
te vio bajar el pasillo escuchando risueño un mensaje de voz.
Ni procesa el pico diabético de la imagen que ya está viendo la novela en el celular de nuevo.
El barrio funciona así
íntimo.»
El barrio funciona así
íntimo.»
Te voy a ser franco
«esa cabeza tuya voy a soplarla como asteráceo
(siempre que pueda)
vos pleno sos mi fantasía diurna
vos pleno sos mi fantasía diurna
te voy a contar historias como los chicos de Todo Piola
perdiendo el hilo y mezclando todo
perdiendo el hilo y mezclando todo
fumado también
te invito unas flores
aunque digas que te dan sueño
después te veo subir
y me encanta
puede ser un goce egoísta
pero
no necesitás estar allá
arriba siempre
me encantás
también abajo
así
como te sale
a vos solo
te sostengo que los vínculos no se matan
si no que todo se transforma
pero no me interesa llenarte de promesas
que son como frascos de vidrio y sirven para poco
prefiero ser franco
y cantarte un rato
en la lengua que sea
si no sabemos cuál, mejor»
de lo verde que estaba
«Cruzaba a calle, pasaba en bicicleta, sostenía un porrón en la silla de un bar con la terraza asomando por una subida, en cada rincón de su ciudad
y se volvía a desvanecer.
y se volvía a desvanecer.
Mientras de las sienes me brotaban jazmines
(corona de espinas | laureles griegos)
me hubiera percatado de su andar siendo en mi urbe
allá tan lejos.
allá tan lejos.
Mas tan impetuoso me retiré que no iba a llegarme nunca
nada de eso.
Regreso. Todas las presencias constantes otra vez, como la suya,
ciudad cerrada.
Me vuelvo a enojar con nosotros
los pechos inflamados sin coraje
el vapor de las palabras imprecisas
la voz trémula
la docilidad con la que nos empujamos
las miradas dolidas espetándose con la frialdad calculada
los escenarios desfavorables (siempre)
el silencio.»
Selección de textos publicados originalmente en elengranajeinexorable e ilustrados por Victoria Grillo como experimentación compartida.
