Recuerdo la primera vez que lo conocí, fue extraño, ya que tenía temor nuevamente de darle todo mi amor y entrega a un animal pues anteriormente había tenido un loro a quien amé con todo mi ser pero desapareció; sin embargo,en este caso fue mágica la conexión y al instante nos volvimos amigos.
Han pasado 10 años desde que estoy con Poly y no dejo de sorprenderme por su fidelidad única y amor que demuestra a pesar de no poder mostrar gestos.
Ha sido el compañero que ha permanecido más tiempo conmigo y la relación amorosa más tierna a la vez.
Lo amo.