Nos dijeron que éramos iguales ante la ley, ante la política y como ciudadanos. Nos dijeron que nos definiríamos por nuestros méritos por que vivíamos en igualdad de oportunidades.

Quizá se olvidaron de decirnos que esas oportunidades no eran gratis y que cada vez seríamos menos los que podríamos pagarlas, quizá... Lo único que es seguro es que en algo no se equivocaron. Y es que sí, cada vez somos todos más iguales:

 

Todos respiramos, todos necesitamos alimento, todos necesitamos amigos y
todos necesitamos sonreír, aunque no sea para todos igual de fácil.