El mausoleo se aborda desde la reflexión sore el pensamiento teórico del arquitecto, periodista, crítico y recientemente político Rem Koolhaas, más que sobre su labor arquitecónica tangible, así como trata conceptos que inquietan y suguieren al arquitecto, como la ausencia, la memoria dinámica, la contemporaneidad, lo irreconocible, etc.
Se plantea un artefacto ligeramente elevado respecto al plano del suelo, que genera intriga estructural y elevea la tumba hasta una situación atemporal, flotando al final de un recorrido a través de ligeras rampas. La caja se rasga mediante una serie de grietas de luz que aluden a las cicatrices que deja un ser querido , o en este caso un célebre arquitecto, en nuestra memoria o en la del mundo tras su paso por él, y refleja a su vez su idea de las “franjas de percepción”, en un mundo contemporáneo y frenético donde el ciudadano no pertenece a un lugar individual físico y geográfico, si no a la construcción de un collage personal de los lugares que visitamos o en los que vivimos. 
El espacio que habla de la memoria de un modo dinamico pero introspectivo, ganando en privacidad y tensión conforme se avanza, y alude a lo atemporal, pero también a lo viejo, donde un material moderno como el acero cortén se va haciendo irreconocible con el paso del tiempo, como ocurre con las ciudades contemporáneas y su pérdida de identidad.
Un artefacto para el dinamismo de la muerte, concebida como un tránsito; que genera inquietud y misterio, que no parece lo que es, que lanza preguntas e inquieta de igual manera que el pensamiento de Rem Koolhaas, ya que “La arquitectura necesita ser más misteriosa, tener un final abierto y manejar la intuición tanto como la razón. Y eso es poco preciso.”