"contenedores contenidos" es, desde el punto de vista formal, un concepto-construcción centrado en la mirada múltiple. La obra nos remite a la casa, lugar privado,autobiografía donde suceden historias y atalaya privilegiada para interpretar el mundo: una manera de entenderlo desde dentro, desde la privacidad, para analizar lo que ocurre fuera. Mas la casa es la prolongación refractiva del cuerpo; contenedor permeable y escenario de cinco fragmentos inspirados en la mirada de una arquitectura habitable, espacios simbólicos de deseos e ilusiones, espejos de la vida misma, nos remiten al fragmento y al todo, al verso y al poema: mi mirada extrapolable a cualquiera de los mundos posibles. En el primero hablo de la "transformación", a través de una alfombra bordada con capullos, gusanos y mariposas. La segunda estancia nos transporta a la "madurez"; solo es posible visualizarla ejerciendo de circunstancial voyeur,  a través de un gran óculo circular; mirar es una transgresión y el mirón completa la obra: un dormitorio centrado en la cama- vagina nos remite a la identidad femenina en el sentido más lacaniano, desde su consideración social en la mirada del otro, reforzando la auténtica identidad cultural. Antes de la madurez prefijamos la " infancia" ; es la tercera estancia; un lugar al que nuestro ojo accede de manera pictórica: cuadro de recuerdos y metonimias simbólicas de objetos y juegos infantiles. Con él se relaciona la secuencia del cuarto habitáculo: la "adolescencia"; con su atmósfera cálida y roja, se centra en una figura femenina desnuda. Y el quinto habitáculo es la última fase de la vida, tal vez la vejez, que prefiguro con una figura femenina inclina en un espacio doméstico, la cocina. Mi casa proyectada como "contenedores contenidos" implica el principio y el fin de la vida desde un yo sometido a un proceso continuo.