Una de las hipótesis más aceptadas es la que afirma que la pasta seca fue creada en Oriente Medio e introducida en Sicilia y en el resto de Italia acompañando a las invasiones árabes. De hecho, la pasta seca está documentada por primera vez en textos musulmanes alrededor del siglo X, con el nombre de ittrija. A su vez, la costumbre de preparar la pasta fresca nos remitiría a los griegos, que la llamaban laganon.
El hecho es que algunos siglos después de la invasión árabe de Sicilia, empezamos a encontrar productos de pasta en diversas zonas de Italia, sobre todo en la región de Nápoles, pero también en Puglia, Génova y Florencia. Ya en el siglo XVI, Gragnano era conocida como la patria de la pasta de trigo, y a mediados del siglo XVIII la administración de la ciudad redefinió su ordenación urbanística a fin de favorecer el secado de los “maccheroni”. Una acción que atestigua la importancia de la producción de pasta en esta zona ya en aquellos tiempos.
En cualquier caso, los orígenes de la pasta como especialidad italiana por excelencia están asociados a la tradición del cultivo del trigo en el mundo romano, en el sur de la península y en las colonias, y a la costumbre de mezclar cereales con agua que ha sido la base de la gastronomía mediterránea desde hace varios milenios.
La costumbre de mezclar cereales con agua, que ha sido la base de la gastronomía mediterránea durante milenios.En la cultura de hoy, la pasta es algo tan puramente italiano como la pizza, La dolce vita o el gesto de juntar los dedos de la mano hacia arriba cuando hablas. Decir pasta es casi como decir Italia. Pero, peeero, ¿sabías que el origen de la pasta se remonta a la antigua China? Entonces, ¿cómo es posible que los italianos se hayan apropiado así de este carismático alimento? ¿Qué extraña historia explica este misterio gastronómico?
Cuenta la leyenda que Marco Polo importó la pasta a Europa tras uno de sus viajes a China allá por el siglo XIII. Pero el tiempo y las investigaciones aclararon que aquello no era más que eso, una leyenda. Los orígenes se remontan mucho antes, aunque siguen sin estar nada claros. Parece ser que los árabes jugaron un papel clave en su difusión por la península itálica, aunque por aquellos lares ya era popular una mezcla de harina de cebada y agua secada al sol. La proto-pasta.​​​​​​​
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