Carsodo es una marca de embutidos curados originaria de una pequeña población de Girona y nacida en 1895. El objetivo de este rediseño fue poner de relieve el expertise de la compañía y crear una identidad propia para la marca. 

Origen y nostalgia. Sobre estos dos pilares construimos la nueva imagen de la marca. A través de los orígenes nos trasladamos a esas viejas carnicerías de antes. Paredes con baldosas blancas, con baldosas decoradas con motivos florales monocromo. La nostalgia nos llevó a aquellos antiguos packagings en los que el sello, la marca, era el principal y único mensaje que necesitaba un producto para garantizar su calidad. Es en este visual de marca donde presentamos nuestro personaje. La idea vino a través de la investigación de algunos de sus envases de los años 50 y a través del estudio de los envases tradicionales. Un envase tradicional se comporta de una manera concreta: para las marcas de antes, la personalización era una garantía. Un charcutero profesional mira al consumidor y le ofrece sus productos. Otro ejemplo claro del comportamiento de los envases tradicionales lo quisimos replicar en los envases de jamón loncheado. En lugar de crear una ventana central, pusimos en el centro la marca. La marca certifica la calidad del producto, sin promesas, sin ventanas oportunas que muestren lo mejor del producto, de una forma orgullosa, honesta, y con la sencillez de una cromática tranquila y la fuerza de una etiqueta romboidal.