Divertido pero complejo reto el que se presentó para redefinir la imagen de Motos MD; la ensambladora de motos más grande del occidente del país.
Como planteamiento primario se determinó que el refrescamiento debía ser fiel a lo conseguido hasta ese momento por la marca, ya que sus esfuerzos publicitarios habían propagado la imagen sobria en el usuario; por lo tanto debía ser sutil pero signitifactivo, adaptado al público meta.
El identificador, principal artífice de identidad para una marca, se trabajó en base al símbolo principal del ave, siendo el elemento más característico del logo. Tomando lo anteriormente mencionado como premisa, la nueva imagen se planteó bajo una forma circular que se adaptara mejor a distintos formatos en los que estaría soportado, convirtiéndose así en el emblema estrella.
El resto de los gráficos se idearon para complementar el espíritu de la marca, acompañado de texturas más rústicas pensadas en el gusto del consumidor promedio. Todo en aras de connotar mayor fuerza y velocidad, además de confianza hacia Motos MD.
