El proyecto “A Bogotá le hago la vuelta” nace como una forma de impulsar y recuperar el valor que tienen las iniciativas culturales y los saberes asociados a una práctica o un producto local, para que usted disfrute de los planes rolos más chuscos, que sumercé nunca ha hecho. Así que riegue el chisme y aliste los chagualos que los fuimos a rolear ¡Ni de fundas se lo puede perder, ala!
Impulsar y recuperar el valor que tienen las iniciativas culturales y los saberes asociados a una práctica o un producto local, apropiando elementos que constituyen la base del patrimonio pero que están siendo opacados u olvidados por las ofertas culturales bogotanas típicas o cliché.
Una iniciativa basada en un repertorio de actividades alternativas a las ofertas típicas de la ciudad, construido e inspirado por rolos y para rolos que involucra productos, servicios e infraestructura local; con el fin de que se rescaten prácticas tradicionales de la cultura bogotana, y que la comunidad rola conozca su ciudad desde las expresiones culturales tradicionales.
La ruta Engalletada es la que lo antoja de disfrutar una tarde con su querida madre, padre, amigos o compadres (mejor dicho, con quien quiera) mientras echan carreta y se deleitan con dulces bizcochos que están para chuparse los dedos.
Filipichín es la ruta que lo invita a pasar una tarde recorriendo las galerías de arte más cachetudas de la capital. Ya entrado en gastos, vaya y tómese unos coctelitos para que no le coja el sereno… pero pilas, sin jalarse.
La ruta Desgualetada es la que lo anima a sacar el rockero que lleva dentro y si ya lo tiene afuera, a prepararse porque esto está de ataque y va a estallar. Así que ya sabe, vaya a rochelear al son del rock mientras se toma un par de politas… pero solo un par, no vaya a ser que se jale y le de guayabo.
Oncesitas es la ruta que lo invita a conocer los cafés más chuscos y los puestos de libros más chirriados de Bogotá. Así que ya sabe...vaya a culturizarse y vuélvase un pilo mientras disfruta de un tintico o un perico.
La ruta Floripondia es la que los invita a embarrarse y a sembrar maticas, para que después disfrute de todo lo que la pacha mama nos da... Y si en algún momento se siente achajuanado, no se preocupe, le tenemos agüita de panela para que se refresque.
La ruta Dominguera es la que lo invita a divertirse de forma diferente. Así que si quiere volverse un duro jugando tejo, pare oreja!.. le tenemos los lugares más chirriados para hacerlo mientras disfruta de unas politas o de una picadita.
Natalia Avendaño
María Angélica Moya
Karen Prieto
Laura Torres
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Universidad de los Andes
Estudio 5: Producción creativa
2017-1
