Se trata de un local comercial de menos de 35 m2, situado en una céntrica calle del casco antiguo de Granada.
Respetando los colores corporativos de la marca (fucsia y blanco), se consigue ampliar el espacio, sin perder capacidad y adquiriendo una imagen más comercial. Gracias al mobiliario diseñado para la ocasión como si de una piel se tratara, se envuelve sutilmente los paramentos verticales jugando con formas irregulares a 30º para romper la planta lineal del local.
Unas lámparas decorativas circulares de tela tensada y de distintos diámetros, proporcionan al local un toque orgánico que se funde con los estampados y colores del producto expuesto, el cual es muy demandado por clientes locales y extranjeros.