No buscaba ninguna salida de aquel lugar. Me encantaba regocijarme por sus esquinas de 90 grados tiñéndome de ese azul que ya pertenecía a mi cielo. No entiendo el porque todo el mundo busca las salidas en los laberintos. Yo he logrado acostumbrarme a indagar descalza por sus grietas. Me siento agusto, me siento yo misma. Quizá es porque reconozco cada una de sus esquinas de madera vieja y mis pies ya no sienten el aprensivo crujir del suelo. Y me encanta su olor. Si si, su olor. Esa fragancia a primavera que conserva desde el primer dia que nos conocimos. La siento cada mañana, incluso antes de despertar, cuando el reflejo del sol tiñe su piel de roble y mis pies buscan el suelo para sentir este mundo. 

Me gusta estar aquí, rodeada del caos que conservan estas 56 paredes. Aunque conozca la salida, me quedaré aquí escondida tras la puerta abierta por si algún día decides irte haya alguien cuando vuelvas.

 

Text&Photo:

Eva López Sadurní 

Instagram: @depedacitos_photography