En el Jardín de los Cactus, la belleza pincha
Su nombre es Cactus y su apellido, Cactaceae. Son seres vivos que comparten con los seres humanos muchas de sus características.
Aunque están repartidos por todo el mundo, los primeros provenían del continente americano y las Antillas, y la historia de cómo llegaron hasta África, o países como Madagascar y Ceilan, es muy sencilla. Le pidieron a sus colegas los pájaros que, antes de nacer los engulleran en forma de semilla y, si no les importaba, por el módico precio de servirles como alimento, los transportaran allá donde fueran de viaje de vacaciones. Y así fue como comenzó la expansión cactácea.
Sin embargo, viajaran donde viajaran, siempre les perseguía el mismo problema: aquellos seres vivos que los tocaban con fuerza, sufrían las consecuencias de sus púas. Por ese motivo se aislaban, porque no querían que nadie les hiciera daño ni ellos hacerle daño a nadie. Sencillamente viajaban por y para huir del dolor cuando se topaban frente a él.
Muchos seres vivos eran reacios a tocarlos, hasta que aprendieron que cuando los acariciaban despacio, dulcemente y sin necesidad de dañarlos, ellos les mostraban sus dos mejores virtudes:
1. Lo poco que necesitaban para vivir felices; tan sólo unas gotas de vida cada semana.
2. La facilidad de adaptación que desarrollaban ante cualquier situación, por adversa que fuera. Incluso cuando alguien los intentaba zarandear bocabajo.
Aunque están repartidos por todo el mundo, los primeros provenían del continente americano y las Antillas, y la historia de cómo llegaron hasta África, o países como Madagascar y Ceilan, es muy sencilla. Le pidieron a sus colegas los pájaros que, antes de nacer los engulleran en forma de semilla y, si no les importaba, por el módico precio de servirles como alimento, los transportaran allá donde fueran de viaje de vacaciones. Y así fue como comenzó la expansión cactácea.
Sin embargo, viajaran donde viajaran, siempre les perseguía el mismo problema: aquellos seres vivos que los tocaban con fuerza, sufrían las consecuencias de sus púas. Por ese motivo se aislaban, porque no querían que nadie les hiciera daño ni ellos hacerle daño a nadie. Sencillamente viajaban por y para huir del dolor cuando se topaban frente a él.
Muchos seres vivos eran reacios a tocarlos, hasta que aprendieron que cuando los acariciaban despacio, dulcemente y sin necesidad de dañarlos, ellos les mostraban sus dos mejores virtudes:
1. Lo poco que necesitaban para vivir felices; tan sólo unas gotas de vida cada semana.
2. La facilidad de adaptación que desarrollaban ante cualquier situación, por adversa que fuera. Incluso cuando alguien los intentaba zarandear bocabajo.
