Viejitos del Martes de Carnaval, Tonalá. 2017
Tonalá celebró el martes de Carnaval con bailes de viejitos quienes son hombres caracterizados con vestidos coloridos, medias, moños, pelucas, canastas, mandiles y collares entre otras cosas para las viejitas y ponchos, paliacates, sombreros, guaraches, bastones, pantalones y camisas de manta para los viejitos; Lo que más resalta de su atuendo son las máscaras que usan y que ellos mismos hacen; Algunas tienen desde unos ojos coloridos muy grandes, pestañas enormes, chapetes, verrugas hasta bocas chimuelas, bigotes, narices gigantes y cigarros.
Fueron 5 grupos que salieron desde diferentes puntos a bailar por las calles y yo seguí al grupo de Viejitos de la Capilla de la Cruz Blanca; Un grupo de aproximadamente 7 viejitos y 7 viejitas, acompañados de un Mariachi y una carretilla con una jarra enorme de tequila con refresco y jugo que les iban sirviendo cada que su vaso quedaba vacío. Al ir caminando por la calle, la gente les pedía que bailaran fuera de sus casas o negocios, era en ese momento que las Viejitas sacaban a bailar (casi todas las veces a la fuerza) a los hombres que estaban por ahí, algunos no se dejaban y otros solos pasan al centro de las viejitas, lo que si es que a todos les tocaban sus buenas nalgadas (Hasta a mi me nalguearon esas viejitas) a algunos también les tocaba que les reventaran un huevo con confeti en la cabeza. Los viejitos un poco más conservadores, sólo sacaron a bailar a algunas mujeres que estaban por ahí; Pero eso si, no valía enojarse, todos siempre con una sonrisa bien marcada.
Después de un par de canciones el grupo seguía su recorrido, algunos hombres que se encontraban en el camino ya sea en sus bicis o caminando también eran víctimas de los abrazos y nalgeos de las viejitas, a algunos afortunados también los cargaban y los lanzaban por el aire. Hubo incluso unas ocaciones donde el grupo se metía a restaurantes para ver que les ofrecían o simplemente para bailar con la gente.
Ya cuando el sol bajó, el grupo se dirigió a una casa. Miguel Jarero, quien estaba caracterizado de Viejita y que parecía estar dirigiendo a todos me contó que casi todos los que estaban en ese grupo eran primos, y esa casa es donde viven sus tías, ahí se iban a tomar un rato para arreglarse y descansar un poco para continuar con el recorrido.
Después de unos minutos de descanso, el grupo salió y se dirigió a la plaza Cihualpilli donde se reuniría con los demás grupos de Viejitos para hacer bailes frente a la gente en un escenario previamente montado, fue ahí donde pude hacer unas cuantas fotos de otros grupos de viejitos mientras estaban en la plaza.
Me hubiera gustado poder estar con los demás grupos de Viejitos para vivir su recorrido, pero debido a que no conocía la ruta que tomarían me fue difícil encontrarlos por las calles de Tonalá, tal vez para otro año pueda organizarme mejor y acompañarlos; Aún así me gustaría agradecer a Miguel Jarero, su familia y a todos los que estaban en el grupo de los Viejitos de la Capilla de la Cruz Blanca por ese rato tan divertido que pasé con ellos, ojalá sigan manteniendo esas tradiciones por muchos años más.
