“El juego es más viejo que la cultura; pues, por mucho que estrechemos el concepto de ésta, presupone siempre una sociedad humana, y los animales no han esperado a que el hombre les enseñara a jugar. Con toda seguridad podemos decir que la civilización humana no ha añadido ninguna característica esencial al concepto del juego. Los animales juegan, lo mismo que los hombres.” , Johan Huizinga, Homo Ludens. 
El proyecto toma como punto de partida al mobiliario infantil, donde se presenta una familia de muebles para exterior con carácter lúdico.  Cada uno de los elementos hace referencia a figuras de animales, cuyas características principales son las que determinan la tipología del mobiliario.  Un cocodrilo se convierte en banco comunitario, un reno, junto con un conejo son sillas individuales y las curvas del dromedario convierten al mueble en un espacio para el juego físico.  La morfología lograda a partir del plegado de una única pieza de chapa,  que se presenta en los primeros dos casos, fomenta la versatilidad de posiciones del niño sobre ella, lo que le permite una función tan específica como puede ser un asiento, aunque también un elemento lúdico fomentando la creatividad del usuario. En el caso del dromedario,  gracias a su figura lograda a partir del plegado de tubo en combinación con chapa, resulta más evidente su función de juego infantil de exterior. Sin embargo, sus instancias intermedias, dan el lugar de mobiliario. 
La materialidad utilizada resulta indispensable para una familia de elementos de exterior. Sus características técnicas permiten una larga durabilidad de los objetos tanto frente a las cualidades climáticas, como al trato de los niños en ellos. 
El Zoo presenta una relación directa entre la funcionalidad del mobiliario y las inquietudes que se dan en los primeros años de la infancia. 
​​​​​​​
ZOO
Published: