COMETA
Viajero, astronauta, soñador, pero sobre todo, amante incondicional de las estrellas. De hecho, no había nada que lo frustrara más que su planeta, el gigante de gas conocido como 2-16B, tuviera un día de 61 horas de las cuales solo dos estaban bajo el dominio de la noche. Únicamente podía admirar a sus amadas durante miserables ciento veinte minutos. Sin embargo, esto nunca disminuyó su amor por ellas, por el contrario, hizo que cada vez admirara más la forma sutil y elegante en la que, acompañadas o no de alguna de las cuatro lunas de su planeta, iluminaban y adornaban la noche.
Lamentablemente, no mucho tiempo después, las noches en 2-16B empezaron a disminuir su duración, impidiendo cada vez más y más el pasatiempo favorito de Cometa, hasta que finalmente, jamás volvió la noche. Sin dudarlo dos veces, decidió partir en busca de otro planeta donde pudiera pasar el resto de su vida mirándolas.
Después de días y días de navegar en el espacio, divisó un planeta. Sin poder evitarlo, el combustible de su nave se le acabó y cayó a toda velocidad, hasta que se estrelló en un lugar desconocido, que al parecer no estaba rodeado por sus estrellas, sino que ellas parecían estar adheridas a él.
“… las personas pertenecientes a las generaciones venideras tienen derecho a una tierra indemne y no contaminada, incluyendo el derecho a un cielo limpio, y tienen derecho a disfrutar de esta Tierra que es el soporte de la historia de la humanidad, de la cultura y de los lazos sociales, lo que asegura a cada generación y a cada individuo su pertenencia a la gran familia humana.”
Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Generaciones Futuras
(29ª Sesión de la Asamblea General de la UNESCO).
Realización:
Jacobo Morales
Ailim Vanessa Sánchez
José Carlos Hoyos
Miguel Vásquez
Kelly Arango
Lina Botero
Realizado como parte del programa de Comunicación Audiovisual del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid en Medellín, Antioquia, Colombia - 2016