Murió combatiendo denodadamente en la batalla de Arica, lo que es de admirar tratándose de un civil y no de un militar de oficio. Varios relatos señalan que se lanzó montado en su caballo desde la cima del Morro, llevando consigo la bandera del Perú, para evitar que el enemigo lo tomara como trofeo, muriendo estrellado entre las rocas.